LOST IN TIME

3.27.2011

¿DÓNDE ESTÁ LA FELICIDAD?

He llegado a conocer muy de cerca a una familia europea. Son mis vecinos. Los había visto varias veces por el barrio, pero ya después comencé realmente a fijarme en ellos cuando su hijito, un chiquitín de 3 años y medio comenzaba a entablarme conversaciones como un señor de 40, cada vez que podía. 
Sus padres, al verlos, representan fielmente el 'cliché' de la reputación europea en America Latina; son lo que uno cree que son los europeos: distantes, con buenos modales, letrados, muy cultos y viajados. Pero además, al conocerlos, me he dado cuenta que son trabajadores incansables, extremadamente organizados en sus gastos y con su tiempo, y especialmente unos padres devotos. 
Hacen una linda pareja; ella es blanca, esbelta, lleva su pelo corto, sus lindos ojos cafés detrás de unos lentes de lectura y habla con bonito francés sureño, y por el otro lado, está él,  es alto, muy delgado, de ojos turquesa, de poco pelo pero con un encantador inglés londinense. Y cuando quieren salir a cenar sólo los dos, más una que otra tarde, yo me quedo cuidando a Thomas
Luego de hablar muchas veces con su hijo e intercambiar un par de sonrisas con ellos, comenzamos a hablar, y desde ahí, comenzó a nacer una fuerte amistad con esta familia. Me encanta hablar con ellos. Los dos trabajan en uno de los Bancos más grandes de Francia, pero en diferentes áreas y haciendo labores totalmente distintas. Se conocieron allí, por un amigo de un amigo, que era amigo de un amigo del amigo del amigo de alguno de sus amigos. 

Anthony habla un perfecto y envidiable inglés, un fluido francés y muy buen español. En italiano y portugués puede entablar una que otra conversación, y comienza a aprender algo de chino (..o japonés? ya ni me acuerdo cuál de los dos es!). Además, estudia para ser profesor de yoga, así que sabe casi todo lo que hay que saber sobre la renovación interior, la fuerza de la mente, la purificación del corazón y la adoración a Krishna (ya saben, con el mundialmente conocido "Great Mantra": Hare Krishna, Hare Krishna, Krishna, Krishna, Hare, Hare...etc). Yo soy feliz hablando con él tardes enteras sobre toda la cultura hindú, la importancia de la meditación y la reflexión en nuestras vidas, de las miles de posiciones que te ayudan a respirar mejor, a tener una mejor postura del cuerpo y a conectarte con tu alma. Como buen inglés, siempre me invita a un té, y seguimos hablando de las más de 50 veces que se ha mudado, de sus miles de viajes cuando joven, pero sobretodo de sus años vividos en India. A mi me apasionan estas historias y todo este tema de la espiritualidad, así que nunca nos cansamos de hablar con tantas cosas en común. 
Magali se expresa con un perfecto francés de cuna, habla el inglés suavemente y maneja medianamente el español. Ella es más reservada, pero una anfitriona perfecta; aunque llega cansada del trabajo prepara la cena y, si estoy yo en casa, siempre estoy invitada. Aparte, me llama cada vez que hace su deliciosa tarta de manzanas, y mantiene en casa frutas y yogurt de vainilla solamente porque sabe que me encantan. Yo soy feliz hablando con ella de las costumbres francesas, de las mejores tiendas de ropa (porque siempre sabe dónde está la mejor relación calidad-precio), de las historias de cómo la criaron en Marseille y de lo mucho que le hace falta el sonido del mar al levantarse cada mañana. Me enseña cómo debo establecer mis relaciones (de amistad, de trabajo y amorosas) con los europeos, cómo preparar las recetas caseras francesas y todas las expresiones coloquiales. Ella en cambio me brinda café (aunque siempre me  insiste en que NO es Colombiano), y siempre tenemos algo nuevo que contarnos. 

Ahora, ella tuvo depresión post-parto y eso, en este caso, rompió un poco la conexión de Thomas con su madre. El padre sufre al ver esta situación, pero es un tema delicado que le cuesta resolver en familia. Ella quiere otro hijo, quizás buscando una segunda oportunidad, pero él dice que ya está muy viejo y que la buena educación sale muy cara. Thomas sólo quiere jugar con papá y Ella no dice nada, pero la tristeza se nota en su mirada, y Él no dice nada, pero la incomodidad la demuestra con sus gestos. Y yo? yo me quedo solamente observando, sin decir nada, sin hacer nada, simplemente preguntándome: ¿cómo a pesar de esto, logran ser felices? ¿dónde está la felicidad? 

Y es sencillo, hacen lo que todos deberíamos hacer y que en una de esas tantas tardes de tertulia me pude responder cuando me han explicado detalladamente:  

"Susana, no pienses lo que universalmente todo el mundo piensa sobre la felicidad; que la felicidad es un golpe de buena suerte, que es algo que quizás te llegará del cielo si eres lo suficientemente afortunada. No, la felicidad no funciona así. 
Susana, la felicidad es la consecuencia del esfuerzo personal. Peleas por ella, te esfuerzas por alcanzarla, insistes en ella, y muchas veces, incluso viajas al otro lado del mundo a buscarla. Pero una vez conseguida, no te relajes, porque debes hacer un inmenso esfuerzo para continuar nadando hacia arriba en la felicidad, para siempre mantenerte a flote sobre ella. 
Recuerda que tú tienes que participar sin cesar en las manifestaciones de tus propias bendiciones"


S. Díaz

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