Se ha repetido mil veces en su cabeza que el error fue haber dudado, cuando dicen que uno debe permanecer firme, se ha repetido mil veces en su cabeza que su error fue haberse quedado, cuando parece que lo que uno debe hacer, precisamente, es desaparecer. Pero bueno, hoy, después de todo lo que ha vivido, se dio cuenta que no, que su error no vino siendo ninguno de sus tormentos. En últimas, su error, fue no dar muerte a un amor destinado a morir prematuramente.
Algunos, aún más pesimistas, pensarán que su error eventualmente fue haber amado, pero, en mi opinión, enamorarse nunca podrá ser un error, y menos en esta historia donde los atrapó de la mejor manera; los sedujo poco a poco sin ellos buscarlo, sin ellos esperárselo. Creció como una enredadera dispuesto a revolcarles la vida, dispuesto a despertarlos. Y aunque, generalmente, me encanta escuchar y luego relatar las historias de amor, esta vez no necesito repasarla en mi cabeza, porque no hace falta, no hace falta remontarse hasta el momento en que se conocieron, ni al instante cuando nacieron las ganas del primer beso o de decir el primer "te quiero" para saber, que todo ocurrió desde el principio, tal y como debía ocurrir.
En esta historia, a pesar que el amor nació intempestivamente, se fue haciendo fuerte con lo días; con los tropiezos, con los retos, con las presiones, con las dudas, mejor dicho, con las imperfecciones. Y llegó a fortalecerse tanto, que ya no pudo desvanecerse a tiempo cuando le llegó el día, de la ejecución de su sentencia a muerte. Desde antes de llegar ese momento, ya ellos sabían que las cosas cambiarían para siempre, pero sin embargo parecían tener todo bajo control. La situación estaba siendo manejada increíblemente bien, y aunque venían venir el momento, ellos evitan hablar del día, ya escogido, en el que darían muerte a su amor. El día llegó, y la temida sentencia se cumplió, como las maldiciones, y ese fuerte amor, dejó de ser amor, para convertirse en sufrimiento.
Cada uno agarró rumbo diferente , firmemente convencido de no verse jamás, de no hablarse jamás. Fue allí, cuando empacaron cuidadosamente los recuerdos para anteponerles sus sueños, y fue allí también, cuando sigilosamente refundieron su amor, el cual fuerápidamente reemplazado por la resignación y la nostalgia de los besos alguna vez dados. Los primeros días fueron difíciles, pero el mismo pasar de los días junto con sus noches, fueron nublando sus sentimientos, sus recuerdos, separando, aún más, sus corazones. Ya después no sabían de la vida del otro, no seguían sus pasos, perdieron el contacto y la esperanza de acariciarse, otra vez, alguna vez. Se resistieron a llamarse cuando las ganas todavía estaban encendidas, se dejaron ganar por los puños y los labios apretados. Ganó la batalla "el puedo" al "yo quiero"; esa interminable guerra que se libra entre la cabeza y el corazón en las cuestiones del amor, y al final de cuentas,
qué termina siendo un amor que razona?
Hubo un día que la curiosidad pudo más, que la cabeza de alguno de ellos, no soportó más las presiones de su corazón, y las "diferencias irreconciliables", que existían entre la conciencia y el amor, lograron acabar con la sincronización de los latidos razonados que habían dirigido su vida, y finalmente el corazón pudo ganarle la batalla a la cabeza, y pudo conseguir no trabajar nunca más en equipo con su gran enemigo...y consiguió no seguir siendo su amigo. Y obvio, el curioso del cuento quedó nuevamente consciente de su amor, el que había refundido aquel día. El curioso del cuento, pudo ver que había estando amando de lejos, extrañando recuerdos, soñando con volver a ver sus ojos, idealizando secretamente con tener lo que habían decidido perder un tiempo atrás...y ya es tarde, ya no hay nada que hacer.
Aunque el amor los une todavía, la vida los separa. Quizás se digan un día que dejaron de quererse, aunque sigan queriéndose más allá de la muerte, y no comprenderán porque existen esa clase de despedidas. Y sentirán impotencia, y sentirán celos al pensar que un día, alguien más, que no le ha visto todavía, verá sus ojos por primera vez. Sufrirá al percatarse que habrán caricias, que ya no serán las suyas, caricias que más que unas simples caricias, querrán ser posesiones. Y sí, esta historia le sucedió a alguien, y sí, es así como suceden las cosas en la vida real, ya sabes; encontraste al que te quiere como eres, al que te escucha sin juzgarte, al que soporta tus malos humores, al que te lleva a comer lo que quieres, al que te permite voltear a ver por la calle a quien te llama la atención, al que te hace reír por horas, al que le gusta salir a bailar contigo todos los viernes, al que simplemente te deja ser, y que por esto no te cobra un sólo peso, y aún así, NO ES FÁCIL, y en este caso, como suele suceder en muchos, llega el momento en el que todo parece indicar que te enamoraste, que encontraste tu amor...pero, es un amor destinado a morir.
La única esperanza que tienen, es probar que es cierto lo que alguna vez dijo un romántico cubano en uno de sus poemas: "el amor...esa estrella de una sombra infinita, que aunque muera cien veces...cien veces resucita".
Ya veremos. Porque ellos...ellos buscarán un final para su historia.
S. DÍAZ
En esta historia, a pesar que el amor nació intempestivamente, se fue haciendo fuerte con lo días; con los tropiezos, con los retos, con las presiones, con las dudas, mejor dicho, con las imperfecciones. Y llegó a fortalecerse tanto, que ya no pudo desvanecerse a tiempo cuando le llegó el día, de la ejecución de su sentencia a muerte. Desde antes de llegar ese momento, ya ellos sabían que las cosas cambiarían para siempre, pero sin embargo parecían tener todo bajo control. La situación estaba siendo manejada increíblemente bien, y aunque venían venir el momento, ellos evitan hablar del día, ya escogido, en el que darían muerte a su amor. El día llegó, y la temida sentencia se cumplió, como las maldiciones, y ese fuerte amor, dejó de ser amor, para convertirse en sufrimiento.
Cada uno agarró rumbo diferente , firmemente convencido de no verse jamás, de no hablarse jamás. Fue allí, cuando empacaron cuidadosamente los recuerdos para anteponerles sus sueños, y fue allí también, cuando sigilosamente refundieron su amor, el cual fue
qué termina siendo un amor que razona?
Hubo un día que la curiosidad pudo más, que la cabeza de alguno de ellos, no soportó más las presiones de su corazón, y las "diferencias irreconciliables", que existían entre la conciencia y el amor, lograron acabar con la sincronización de los latidos razonados que habían dirigido su vida, y finalmente el corazón pudo ganarle la batalla a la cabeza, y pudo conseguir no trabajar nunca más en equipo con su gran enemigo...y consiguió no seguir siendo su amigo. Y obvio, el curioso del cuento quedó nuevamente consciente de su amor, el que había refundido aquel día. El curioso del cuento, pudo ver que había estando amando de lejos, extrañando recuerdos, soñando con volver a ver sus ojos, idealizando secretamente con tener lo que habían decidido perder un tiempo atrás...y ya es tarde, ya no hay nada que hacer.
Aunque el amor los une todavía, la vida los separa. Quizás se digan un día que dejaron de quererse, aunque sigan queriéndose más allá de la muerte, y no comprenderán porque existen esa clase de despedidas. Y sentirán impotencia, y sentirán celos al pensar que un día, alguien más, que no le ha visto todavía, verá sus ojos por primera vez. Sufrirá al percatarse que habrán caricias, que ya no serán las suyas, caricias que más que unas simples caricias, querrán ser posesiones. Y sí, esta historia le sucedió a alguien, y sí, es así como suceden las cosas en la vida real, ya sabes; encontraste al que te quiere como eres, al que te escucha sin juzgarte, al que soporta tus malos humores, al que te lleva a comer lo que quieres, al que te permite voltear a ver por la calle a quien te llama la atención, al que te hace reír por horas, al que le gusta salir a bailar contigo todos los viernes, al que simplemente te deja ser, y que por esto no te cobra un sólo peso, y aún así, NO ES FÁCIL, y en este caso, como suele suceder en muchos, llega el momento en el que todo parece indicar que te enamoraste, que encontraste tu amor...pero, es un amor destinado a morir.
La única esperanza que tienen, es probar que es cierto lo que alguna vez dijo un romántico cubano en uno de sus poemas: "el amor...esa estrella de una sombra infinita, que aunque muera cien veces...cien veces resucita".
Ya veremos. Porque ellos...ellos buscarán un final para su historia.
S. DÍAZ
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