LOST IN TIME

8.16.2010

MIS DÍAS DE EXILIO



Estar lejos no es nada fácil, pero quizás el exilio sea la única forma de un nuevo despertar, o de un mejor despertar. Sí, me siento exiliada. Y mi exilio, el mío, no fue una obligación, ni fue un paso forzado, ni mucho menos un escape a la realidad que se vive en mi país, es más, podría decir con seguridad, que fue todo lo contrario. Mi exilio, el mío, vino de una decisión realmente íntima, una decisión tomada luego de ser consultada muchísimas noches con la almohada, una determinación individual y hasta un poco egoísta, pero lo sentía como una necesidad y se dio. Por fortuna, en el camino se encontró la oportunidad con el momento preciso,  y mis necesidades egoístas terminaron en un deseo concedido, en una bendición 'express' desde arriba. 


Pero fueron tantas las coincidencias en el proceso "deseo-cumplido", que se me ha hecho difícil tomarlo simplemente como buena suerte, o como un año OFF. Me ha sido imposible no sentir una gran responsabilidad patria, después de haber recibido una excelente educación en instituciones académicas distinguidas y prestigiosas dentro de un país en donde todavía la educación, es considerada un lujo para la mayoría.  Y es que a pesar de que cada quien tiene sus anhelos, y que "cada quien se labra su propio destino", la vida hace de las suyas cuando quiere, y termina llevándote a donde, supuestamente, debes estar...
Lugares escogidos. Personas inevitables. Momentos jamás pensados. Sentimientos nunca antes experimentados. Prioridades re-acomodadas. Destinos trazados. Caminos por azar cruzados. Déjà-vu. 
Estar lejos, te obliga a vivir diferente, te obliga a SER diferente. Y quizás el exilio sea la única forma de darle un nuevo valor a muchas cosas, de no ver "normales" muchas otras, de palpar unas nunca imaginadas, y de convertirte en...crítico. Sí, en juez de los comportamientos que vienen de esa despreocupada mentalidad caribeña, y de las particularidades que, aunque hacen de mi país algo único, también lo marginan. Mi Exilio, el mío, me ha hecho más consciente de nuestras debilidades, nuestros errores, nuestra falta de carácter, de la ignorancia que hay al momento de decidir, nuestra memoria selectiva, nuestra incoherencia al actuar, y la falta de valentía trágicamente menguada por las balas  que hay al pelear por nuestro futuro...por el país que soñamos (¿o será que sólo sueño yo?). 


Y quizás la idea del exilio no sea nada fácil, pero es precisamente eso lo que me ha dado mucho tiempo conmigo misma, lo que me ha hecho una observadora permanente, una exploradora sin descanso de una nueva realidad. Y es en esta soledad de mi exilio, el mío, donde he podido; Crecer. Revitalizarme. Aprender. Contextualizar. Contextualizarme. Ponerme en contacto con el espíritu que me mueve al cual ya logro escuchar claramente cuando me habla. Y algunas veces escribo en mi cabeza ficciones o imagino sueños; y otras veces simplemente leo o me tiro a mirar el viento.  Pero la soledad, que para muchos resulta ser su más grande tormento, la he vuelto mi ritual, mi consejera, mi fuente de energía, mi catalizador, mis canalizador. Y por aquellos días cuando "el odio estar solo" de los demás, me hace sentir claustrofobia, por no lograr tener mi suficiente tiempo a solas, busco la manera de escapar a la Biblioteca (sitio que no le llama la atención a nadie y que a mí me ha cautivado), o simplemente, cierro la puerta de mi cuarto apenas llego a casa. 


Bueno, y fue en una de esas tantas horas conversando conmigo misma, que pensé que aunque la decisión de exiliarme fue mía, y que, aunque la decisión fue hasta un tanto egoísta; tengo la ilusión de que me sirva para pagarle a mi patria, lo que ella generosamente me ha regalado siempre, sin nunca pedirme nada a cambio. Porque mis instintos, los míos, me llevan a pensar que las razones ocultas debajo de tantas coincidencias, son, sin lugar a dudas, el deber de regresar a trabajar por mi país, la responsabilidad de luchar por los que no pueden exiliarse en Europa. Y sí, me tocó irme lejos para estar completamente segura que eso es lo que debo hacer; y sí, me tocó irme lejos para estar completamente segura que eso es lo que precisamente quiero hacer por un buen tiempo con mi vida. 
Y espero que después de vivir mi exilio, el mío, todavía logre encontrar al regreso, amigos, personas queridas y gente amable, con los brazos abiertos dispuestos a darme la bienvenida al mundo. Espero también que pueda luego volver a ellos cada vez que, el "estar sola" se me pueda volver un "estar solitaria". 
Y sí, espero todo eso a pesar de las millones de horas que he pasado criticando cada cosa que encuentro absolutamente paradójica e irracional de mi ellos...de mi país. Y es que la patria es igual que los hermanos; aunque se digan las verdades en la cara sin filtros y estén rabiosos el uno con el otro, al final del cuento, terminan siempre por buscarse, por qué? 
...porque la sangra llama. 

S. Díaz

8.15.2010

CRÓNICA DE UN AMOR PREMATURAMENTE CONDENADO A MUERTE



Se ha repetido mil veces en su cabeza que el error fue haber dudado, cuando dicen que uno debe permanecer firme, se ha repetido mil veces en su cabeza que su error fue haberse quedado, cuando parece que lo que uno debe hacer, precisamente, es desaparecer. Pero bueno, hoy, después de todo lo que ha vivido, se dio cuenta que no, que su error no vino siendo ninguno de sus tormentos. En últimas, su error, fue no dar muerte a un amor destinado a morir prematuramente.  

Algunos, aún más pesimistas, pensarán que su error eventualmente fue haber amado, pero, en mi opinión, enamorarse nunca podrá ser un error, y menos en esta historia donde los atrapó de la mejor manera; los sedujo poco a poco sin ellos buscarlo, sin ellos esperárselo. Creció como una enredadera dispuesto a revolcarles la vida, dispuesto a despertarlos. Y aunque, generalmente, me encanta escuchar y luego relatar las historias de amor, esta vez no necesito repasarla en mi cabeza, porque no hace falta, no hace falta remontarse hasta el momento en que se conocieron, ni al instante cuando nacieron las ganas del primer beso o de decir el primer "te quiero" para saber, que todo ocurrió desde el principio, tal y como debía ocurrir


En esta historia, a pesar que el amor nació intempestivamente, se fue haciendo fuerte con lo días; con los tropiezos, con los retos, con las presiones, con las dudas, mejor dicho, con las imperfecciones.  Y llegó a fortalecerse tanto, que ya no pudo desvanecerse a tiempo cuando le llegó el día, de la ejecución de su sentencia a muerte. Desde antes de llegar ese momento, ya ellos sabían que las cosas cambiarían para siempre, pero sin embargo  parecían tener todo bajo control. La situación estaba siendo manejada increíblemente bien, y aunque venían venir el momento, ellos evitan hablar del día, ya escogido, en el que darían muerte a su amor. El día llegó, y la temida sentencia se cumplió, como las maldiciones, y ese fuerte amor, dejó de ser amor, para convertirse en sufrimiento.  


Cada uno agarró rumbo diferente , firmemente convencido de no verse jamás, de no hablarse jamás. Fue allí, cuando empacaron cuidadosamente los recuerdos para anteponerles sus sueños, y  fue allí también, cuando sigilosamente refundieron su amor, el cual fue rápidamente reemplazado por la resignación y la nostalgia de los besos alguna vez dados. Los primeros días fueron difíciles, pero el mismo pasar de los días junto con sus  noches, fueron nublando sus sentimientos, sus recuerdos, separando, aún más, sus corazones. Ya después no sabían de la vida del otro, no seguían sus pasos, perdieron el contacto y la esperanza de acariciarse, otra vez, alguna vez. Se resistieron a llamarse cuando las ganas todavía estaban encendidas, se dejaron ganar por los puños y los labios apretados. Ganó la batalla "el puedo" al "yo quiero"; esa interminable guerra que se libra entre la cabeza y el corazón en las cuestiones del amor, y al final de cuentas, 
qué termina siendo un amor que razona? 


Hubo un día que la curiosidad pudo más, que la cabeza de alguno de ellos, no soportó más las presiones de su corazón, y las "diferencias irreconciliables", que existían entre la conciencia y el amor, lograron acabar con la sincronización de los latidos razonados que habían dirigido su vida, y finalmente el corazón pudo ganarle la batalla a la cabeza, y pudo conseguir no trabajar nunca más en equipo con su gran enemigo...y consiguió no seguir siendo su amigo. Y obvio, el curioso del cuento quedó nuevamente consciente de su amor, el que había refundido aquel día. El curioso del cuento, pudo ver que había estando amando de lejos, extrañando recuerdos, soñando con volver a ver sus ojos, idealizando secretamente con tener lo que habían decidido perder un tiempo atrás...y ya es tarde, ya no hay nada que hacer. 


Aunque el amor los une todavía, la vida los separa. Quizás se digan un día que dejaron de quererse, aunque sigan queriéndose más allá de la muerte, y no comprenderán porque existen esa clase de despedidas. Y sentirán impotencia, y sentirán celos al pensar que un día, alguien más, que no le ha visto todavía, verá sus ojos por primera vez. Sufrirá al percatarse que habrán caricias, que ya no serán las suyas, caricias que más que unas simples caricias, querrán ser posesiones. Y sí, esta historia le sucedió a alguien, y sí, es así como suceden las cosas en la vida real, ya sabes; encontraste al que te quiere como eres, al que te escucha sin juzgarte, al que soporta tus malos humores, al que te lleva a comer lo que quieres, al que te permite voltear a ver por la calle a quien te llama la atención, al que te hace reír por horas, al que le gusta salir a bailar contigo todos los viernes, al que simplemente te deja ser, y que por esto no te cobra un sólo peso, y aún así, NO ES FÁCIL, y en este caso, como suele suceder en muchos, llega el momento en el que todo parece indicar que te enamoraste, que encontraste tu amor...pero, es un amor destinado a morir. 


La única esperanza que tienen, es probar que es cierto lo que alguna vez dijo un romántico cubano en uno de sus poemas: "el amor...esa estrella de una sombra infinita, que aunque muera cien veces...cien veces resucita". 


Ya veremos. Porque ellos...ellos buscarán un final para su historia. 




S. DÍAZ