Cuando el cielo decide desahogarse en llanto PRECISO un viernes por la noche, no queda más alternativa entonces que sólo PENSAR en bailar, en vez de por fin SALIR a bailar....y es algo que no me gusta mucho, porque yo ciertamente prefiero estar bailando al compás de la lluvia, que quedarme en la cama viendo como arman melodías y bailes las gotas de agua.
Pero luego de estar dos meses en Francia, increíblemente he podido bailar SÓLO una vez de las muchas noches en que he salido dispuesta...era previsible, no? no debería desconcertarme de ninguna manera; pero es que no puedo esconder que me resulta un tanto contradictorio cuando precisamente, cada vez que digo con orgullo que soy Colombiana, se produce automáticamente un extraño gesto en la cara de la mayoría de las personas el cual no sé todavía con exactitud qué quiere decir, y luego de un corto y suave sonido que a mi parecer tiene notas de como cuando degustas manjares, me preguntan esperanzados en que responda sin titubear un "sí puedo": ¿entonces tú puedes bailar bien la salsa?...Y no es una pregunta que uno como latinoamericano no se esperaría de los europeos, pero es que no voy a negarlo; la primera vez que vi el gesto raro acompañado de su respectivo sonido, me esperaba el acostumbrado comentario sobre la marihuana, o si había alguna vez conocido de cerca a Pablo Escobar, o si me había venido exiliada por la violencia generalizada...o que me preguntarían hasta si mi familia tiene algún vínculo con el narcotráfico. Pero NO! Para mi fortuna resultó ser una pregunta inmensamente simple, nada hiriente. Así que ahora hablar de mis dotes "colomboartístico-contorsionistas" sobre la pista de baile, se ha vuelto un tema de casi todos los días, y eso que todavía sin muchas demostraciones, y no es que yo no quiera, eh? si no que aquí es casi imposible encontrar reunidos, en mismo sitio y al mismo momento, todo lo necesario para poder iniciar lo que yo considero "El INIGUALABLE ARTE DE BAILAR"...
Es que a decir verdad, yo fui una de esas a quienes concibieron entre bailes y jolgorios, y que al nacer la recibieron médicos ya legendariamente parranderos. Yo fui de las que crecí en mitad de las barranquilleras fiestas carnestoléndicas y las parrandas amenizadas y alumbradas por la "Luna Sanjuanera". Y de las que se la pasó entre los abrazos danzantes y cariñosos de los amigos de sus padres, y jugando al son de los ritmos vallenatos en la guardería del Club cada vez que todo el Valle decidía irse de fiesta. De las que recuerda que se despertaba viendo a la abuela; para mí fue MamaClara, levantarse muchas mañanas al ritmo de boleros, salsas y sones cubanos la mía, por ser la típica Cartagenera, y como si no fuera suficiente tanta música y pachanga a tan corta edad, MamaClara decidió darme clases de baile después del Preescolar, TODOS los días sin falta, durante 1hra, con la famosa "Sopa de Caracol" de fondo (pa' quien no la conozca o la quiera volver a escuchar aquí les dejó el link: http://www.youtube.com/watch?v=S9G9AGPyqfY)...
"Ay nena, pa' que cuando seas una señorita, tengas gracia y seas feminina; es que no puedes crecer tiesa y sin sangre en la venas, mijita!"
Y así funciona la normal normalidad en la Costa Caribe Colombiana! No fue solamente a mí que me ocurrió así, todo costeño vive exactamente lo mismo durante toda su niñez...y nunca para ahí; la música y el baile permanecen siendo gran parte de tu vida, hasta que ya se vuelve un pedazo tuyo, y de tu realidad; una porción de tu alma, un gran trozo de tu corazón y, la coordinación que por inercia tienen con cualquier mínimo movimiento, tus huesos y tus vértebras al escuchar cualquier cosa que se parezca a música. Porque a nosotros es IMPOSIBLE sacarnos la música, para nosotros es IMPENSABLE dejar de bailar para siempre...y siento que es porque ya nos hemos vuelto nuestra música, ya nos hemos convertido en el baile mismo; sin saberlo, sin escogerlo, sin esforzarnos, sin notarlo, aunque con seguridad disfrutándolo paso a paso. Y muchos de esos europeos interesados en saber sobre mis talentos pal 'performance' de la salsa, me han dicho que el baile no es tan importante para ellos como para nosotros, otros me han asegurado y hasta parece ser cierto que ellos sobreviven a meses sin siquiera sentir la necesidad de bailar, y otros que creo que son mucho más sinceros me han dicho que los movimientos musicales de su cuerpo se encuentran desafortunadamente bloqueados desde el nacimiento y desde la cintura hasta las caderas. Pero, sin embargo, he visto la expresión en sus rostros cuando digo el tan anhelado "sí puedo", y a TODOS esos, quienes conocen nuestros ritmos, nuestros movimientos, la pasión que se desprende de la bailada y la música caribeña, les entran unas tremendas ganas de aprender, o por lo mínimo, de vernos bailar pa' antojarse y SOÑAR !!!
Pero es que, si te pones a ver, no es que sea o deba ser solamente así para nosotros, sino que el baile es básico para gozarte la vida, es fundamental para celebrar los buenos momentos, resulta casi que ineludible en las "segundas citas", es esencial para las reconciliaciones, infalible en las conquistas, inherente al romanticismo, muchas veces decisivo, otras simplemente circunstancial pero necesario, totalmente crucial cuando te toca hacer el aseo y primordial para los amantes de la música una de las cosas que realmente unen a la humanidad...pero sobre todo, es su esencia lo que nos seduce, porque el baile puede expresar todas las emociones sin hacer grandes esfuerzos, teje y entreteje historias, contagia ganas, crea momentos y pasiones, reproduce risas, une cuerpos...y hasta puede llegar a atar corazones para toda la vida....y con esto último es con lo que me fascino, porque no es lo que nos encantaría a todos? al menos no lo hemos soñado siquiera una vez todos? Ya sabes, encontrar a esa pareja de baile perfecta que te adivina los pasos, que jamás va ni muy lenta ni muy rápida, que te acerca a la distancia justa, te aprieta con la sutileza precisa y cuando finalmente se encuentran los cuerpos encajan con un casi imperceptible "click". La misma que produce una activación en tu sensualidad y un coqueteo infrenable que va siempre acorde a cada ritmo, esa con la que puedes bailar sin restricciones y más bien con todas las desinhibiciones y sin embargo todo luce decente, con la que no es necesario ni hablar, porque las miradas se entienden perfectamente, esa que nunca suda de más, que sin falta te ofrece su pañuelo al terminar cada tanda y que sabe exactamente qué decir cuando la música hace pausa. Sinceramente, yo he tenido la dicha de haber conocido porque ha sido a tan corta edad, un par de parejas de baile MIEDOSAMENTE PERFECTAS, y pues, obvio, no hubo remedio, yo no me opuse, una cosa llevó a la otra y terminaron enamorándome tan sólo con su baile; sabiendo en qué momento extender su mano buscando mi mano para invitarme, llevándome con orgullo a la pista de baile, sabiendo cómo coordinar cada paso...y nuestros pasos, encontrando una forma de sujetarme que terminaba siendo tiernamente delicada pero deliciosamente insinuosa, intentando conocer mis gustos entre baile y baile, robándome carcajadas entre pase y pase, alabándome y admirándome mientras yo me mareaba entre tantas vueltas, susurrando estrofas al oído mientras yo sentía que flotaba entre sus brazos...robándose de a poquitos mi corazón y hasta mi admiración con cada canción.
Pero ahora sé que no es tan sencilla la cosa; que para algunos ese "chip" no fue insertado, pero le insisto a quien lea esto, que nunca deje de intentarlo, que pruebe salir a bailar toda una noche, sumergir su cuerpo al compás de la música, que no se deje intimidar por la pista de baile, porque así no sea fácil probar nuevas cosas ni encontrar a tu pareja de baile perfecta que creo que es casi como encontrar a tu "otra mitad del sol"; no dejes NUNCA de salir un viernes por la noche con la ilusión de bailar y esperando con que quizás una de esas noches puedas encontrarla, porque puede ser que buscando solamente a alguien con quien SALIR por fin a bailar, encuentres a ese amor que quieres que te haga bailar toda la vida...Y yo, todavía no termino, todavía sigo en mitad de este mundo que dice que no le jala mucho al baile tratando de hacer una de las cosas que más me gustan; disfrutar del montón de baile que implica el proceso de buscar la perfección...y quizás ya haya encontrado quien me cante:
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